DESPEDIDA

    Acabo de despedirme ( para siempre ) de un ser lleno de paz.

Hoy ha sido un día duro, por si faltaba algo .

En estas fechas tan señaladas todo el mundo piensa en la fiesta que les espera, yo, no  la concibo.

No la quiero,

no la deseo,

no la busco ,

inapetencia a todo lo que este mes representa para muchos, yo , hace tiempo dejé de sentirme bien cuando llega la Navidad; cuando te falta alguien en tu vida, esa pieza tan importante en ella ya nada es igual por mucho que lo intentes es inútil el esfuerzo porque nada resulta maravilloso, hay un algo más allá de la apariencia externa, algo muy profundo que te lo recuerda continuamente.

   Era lo poco que me quedaba de él, de mi padre. ¡ Tan parecido ! Que cuando le miraba le veía a él.

Una pequeña  persona que irradiaba  paz, humildad , bondad , educación, prudencia, ternura...Mucha ternura hasta las últimas horas de su larga vida.

Se ha ido una pequeña parte de mí, un eslabón más de la cadena que  ha hecho posible  una parte de mi generación y  de mis genes,  mi abuelo, el único de ellos que me quedaba.

Hoy nos hemos despedido de él con una gran tristeza y , si es verdad que hay cielo, él lo tiene asegurado con creces.  En momentos como  este,  desearía con todas mis fuerzas tener fe , sentirme completamente cristiana para poder  así quedar tranquila, pensando que  otra vez están juntos , que ya mi padre  no se sentirá  tan solo, que  ya sí pueden descansar en paz e ir juntos por el camino divino  de la vida celestial , sin sufrir y   ya nada que temer por siempre jamás...
En el funeral por él y con la familia casi al completo, yo contemplaba el féretro intentando  que mi subconsciente aceptara la situación y con un nudo de tristeza  dentro de mi y  de pronto me sentí ...Bien. Pero ¿ Qué me pasaba ? Agudicé más mi vista en dirección al féretro  y sentí paz. Estaba allí, mi  padre estaba allí de pie, al lado de último lecho del suyo. Con las manos en los bolsillos,  aguardando  a que  el sacerdote   despidiera a su progenitor. Le estaba acompañando hasta su última morada, aquella en la que ya siempre caminarán  juntos empezando una " nueva vida".

Es increíble la capacidad del ser humano en conseguir ser lo que quiere,  creer en lo que necesita , controlar el dolor  y manejar una determinada situación gracias al enorme poder de la  mente.
Mi mente así lo quería y ella me llevó  a lo que yo necesitaba en ese momento...Aceptar el dolor de la manera más  "bonita " posible.

Dicen que , si  hablas  mucho de una persona fallecida,  siempre le mantendrás  con vida ; yo no sé si esto es verdad pero por mí no va a quedar el intento de llevarlo a cabo.

M.J