
En una isla lejana, allá donde ni siquiera los mapas marcan su nombre, habitaba una perrita llamada Lana.
Lana era un animal tan dócil y cariñoso , inteligente , fiel, amigable , bondadoso ; cada adjetivo al cual hago referencia , roza casi a la perfección en similitud con el género humano.
En este momento Lana , se la ve distante, cabizbaja, triste, su mirada perdida en los mil colores de un horizonte , en el atardecer de un día de verano. Volando su imaginación, entre los inmaculados vientos que trae el inmenso océano.
Su rostro me hace pensar en el rosal más bello , pero que, por el mal cuido o por las inclemencias externas, han perdido su color y bajado la guardia de su alrededor.
Lana, tan importante para unos e invisible para muchos, intenta ordenar en su mente los sentimientos que le envía su corazón. A veces ¡ tan complicados!
Necesita de esa paz interior que en este solitario rincón encuentra.
No necesariamente, halla la solución para todo lo que corroe su mente, pero le ayuda a asentar la rabia que siente, por no saber hacerle frente a los momentos en que surgen las situaciones que tanto detesta y se presentan irremediablemente.
2 comentarios:
fantastico relato,refleja muy bien las simplezas,dudas y anhelos de cualquier ser sea humano ó animal.
te felicito por plasmar tanto sentimiento en tan poco espacio y saber decir "tanto"
un fuerte abrazo.
sergio
A Sergio:
Eres de las pocas personas , que sabe encontrar el transfondo en mis palabras, el doble lenguaje que hay en ellas.Gracias por comprender este lenguaje encriptado.
Publicar un comentario